Una hernia discal (o disco desplazado) consiste en la expulsión al canal espinal de una parte del disco intervertebral, que normalmente se sitúa en el espacio existente entre las dos vértebras que separa.

Las hernias se producen en el 87% de los casos a nivel de las últimas vértebras lumbares: en la mayor parte de los casos entre las vértebras L4 y L5 (la cuarta y la quinta vértebra lumbar) como consecuencia de un movimiento incorrecto o de un traumatismo. Esta hernia puede provocar una compresión de las raíces a este nivel: nervios ciáticos

Unión entre dos vértebras

Vista inferior de un disco normal

Vista inferior de una hernia discal

Sin embargo, el dolor experimentado por el paciente no puede achacarse exclusivamente a un fenómeno mecánico.

Es posible que intervengan otros fenómenos químicos importantes y se da un gran número de casos de hernias de volumen significativo que no presentan síntomas.

Estas hernias, consistentes en una protrusión, pueden provocar una compresión de las raíces nerviosas con relación al disco.

En función del nivel en el que se produzca la hernia discal, la denominación clínica puede ser dolor lumbar y/o dolor radicular (cruralgia, nervio ciático).

• En el plano axial, las hernias se describen como:
  • Medial
  • Lateral posterior o paramedial
  • Foraminal
  • Extraforaminal

• En un plano sagital las hernias se describen como:
  • Ascendente
  • Descendente

• Las hernias pueden ser:
  • Excluidas (con relación al ligamento longitudinal posterior)
  • Extruída (por definición)
  • Contenida (forma incompleta de hernia discal)

• Un disco dañado puede deshidratarse. En las imágenes aparece en color negro.
  La deshidratación del disco produce un pinzamiento intervertebral, cuando los nervios que pasan entre las dos vértebras resultan aplastados, que puede ser doloroso.